Nuestros papás nos enseñaron que por higiene, debemos bañarnos todos los días; tan acostumbrados estamos que un día sin bañarnos y ya nos sentimos sucias y sin ganas.
Sin embargo, está comprobado que el cuerpo produce aceites naturales que protegen y lo humectan; cuando te bañas todos los días eliminas sus propiedades antes de que siquiera pueden hacer efecto.
De acuerdo a los expertos, dos o tres baños a la semana son suficientes para estar limpios y obtener los beneficios de estos aceites.
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