Lyudmila Pavlichenko, La francotiradora rusa que aterraba a los nazis

Lyudmila Pavlichenko, la francotiradora del ejército ruso que mató a cientos de nazis.

Lyudmila Pavlichenko fue una gran heroína de la Unión Soviética y es considerada la mejor francotiradora de todo el Ejército Rojo.

Se dice que Lyudmila llegó a matar a 309 soldados del ejército alemán y aunque no se sabe con certeza si esa es la cifra exacta, lo que sí es cierto es que su intensa labor la hizo merecedora de varias medallas entregadas por el líder Iósif Stalin como Heroína de la Patria.

Lyudmila nació en un pueblo ucraniano el 12 de julio de 1916. A los 15 años tuvo su primer hijo y para poder mantenerlo (ya que el padre había huido) comenzó a trabajar como obrera de una fábrica metalúrgica. Siempre contó con la ayuda de su familia para criar a su hijo Rostilav y por eso logró graduarse de la Universidad de Kiev a sus 25 años.

Pero su pasión por las armas ya la tenía desde mucho antes... Cuando trabajaba en la fábrica se inscribió en clases de tiro. En plena Segunda Guerra Mundial se presentó en una oficina de reclutamiento del ejército ruso y dijo “Vengo a luchar contra los invasores alemanes”, pero los soldados sorprendidos le ofrecieron un trabajo que consideraban apto para mujer. Pero ella se negó asegurando tener entrenamiento con armas y les mostró la insignia que había ganado como tiradora de Voroshilov.

Su primer fusil de guerra fue un Mosin-Nagant. Pero su mejor momento fue en la Batalla de Odessa, al sur de Ucrania, cuando abatió a decenas de nazis durante dos meses y alcanzó el rango de Francotiradora de Élite.

Una de las cifras en las que coinciden sus biógrafos es que en diez semanas y sufriendo una herida mató a 187 soldados alemanes.

Entre los soldados alemanes se corrió la voz de la aterradora francotiradora y se dice que le ofrecían a gritos que se cambiara de bando con la garantía de una lujosa vida.

Luego de ser ascendida a teniente, el general Iván Petrov le ordenó entrenar y dirigir una unidad de francotiradores.

En junio de 1942, un disparo de mortero la hirió y debió ser traslada por un submarino. Luego de muchas amenazas de muerte por parte de los nazis y del accidente, los militares soviéticos decidieron que la heroína no debía arriesgar más su vida en combate.