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Seis cosas que tu hombre nunca te dirá

Seis cosas que tu hombre nunca te dirá
Sencillamente porque nos dan miedo los problemas que pueda desencadenar el hecho de hablar de nuestros pensamientos más profundos. Nos aterroriza que vosotras penséis que somos unos cerdos o unos débiles, y francamente, por nuestra propia seguridad (no, no hay una respuesta correcta a la pregunta de una mujer que incluya las palabras ‘gorda’ o ‘barriga’).




Pero, por una vez, vamos a dejaros la llave para que podáis echar un vistazo al interior de ese furgón blindado. Dentro encontraréis todas esas cosas sobre vuestro chico de las que él nunca hablará (y sí: algunas os conciernen a vosotras).

1- Me gustan las ‘cosas de chicas’: me encanta la película ‘Love Actually’, esas tiras para quitar los puntos negros de la nariz… y la piña colada. La testosterona nos previene de admitir este tipo de cosas a la mayoría de las mujeres… o si hay algún otro pene en un radio de dos kilómetros. 

Pero lo cierto es que una actuación en solitario no es en absoluto un sustituto de todas esas geniales canciones que hemos grabado con vosotras; es sólo que para solucionar problemas de agenda, a veces necesitamos ir por nuestra cuenta. Además, tocar solo acaba con el insomnio y reduce los niveles de estrés...

2- Soy egoísta: el hecho de que me resista a que adoptemos un perrito no significa que odie a los animales. Es solo que cuando imaginamos nuestro futuro y este incluye meter la mano en una bolsa de plástico para recoger excrementos un mínimo de dos veces al día durante los próximos doce años, solemos pensar que lo único que queremos hacer 8.760 veces en la vida es abrir una lata de cerveza (y tener un orgasmo).

3- También tengo inseguridades: Odio el aspecto de algunas partes de mi cuerpo, pero ¿crees que tengo muchas opciones? Puede que caminemos con el pecho como el de un orangután, pero en el fondo, nuestra lista de inseguridades puede competir con la de cualquiera de nosotras. 

Como hombres, nunca admitiremos que el pelo que nos sale en los hombros nos molesta o que nos preocupa que lo de ahí abajo funcione más como un 600 que como un torpedo. Pero nos aseguramos de poner el suficiente humor, inteligencia, dinero o millones de otras cosas en lo que podemos controlar, para compensar aquello que no podemos.



4- Cambio de roles: espero como agua de mayo que algún día decidas comprarme una bebida (o tirarme al suelo, una de dos). Los hombres os compramos bebidas, os llamamos, os mandamos flores… Fuimos diseñados para la caza, y aceptamos esa responsabilidad. Pero también fuimos diseñados para cansarnos después de recorrer kilómetros por vosotras, de luchar por captar vuestra atención y de superar sequías eternas. Todo lo que esperamos es que de vez en cuando adoptéis vosotras el rol de la cazadora. Así que, por favor, ¡atacad!

5- Me encanta disfrutar de mi propio tiempo: Muchas veces, lo único que quiero es estar solo. No para siempre y tampoco cada día, pero de vez en cuando nos apetece estar una noche con los amigos, beber cerveza y ver fútbol. 

Es más: no lo hacemos tan a menudo como quisiéramos porque tememos que os lo toméis como una ofensa. Alejarnos momentáneamente de casa no quiere decir que no queramos construir un hogar. Darnos un par de horas de soledad a la semana es como inyectar Viagra en nuestra relación. Será mejor y más duradera.

6- Te quiero: En realidad, mucho más que cuando te conocí. La verdad es que no sé por qué no os lo decimos más, pero dad por sentado que así es. Por supuesto, adoramos a la mujer que nos ha dado los dos días más felices de nuestra vida: el de nuestra boda y el del nacimiento de nuestro hijo. 


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