Por fin hay final para el culebrón escrito por Jimmy Butler y los Minnesota Timberwolves. Un serial que comenzó con el desencuentro entre el 'all star' y el resto de sus compañeros, que se recrudeció (dejando varios episodios surrealistas en las últimas semanas) con la petición de traspaso por parte del jugador y que ha terminado con Butler haciendo la deseada maleta, poniendo rumbo a Philadelphia para formar un temible 'Big Three' junto a Joel Embid y a Ben Simmons.
Tras varios rumores que apuntaban a Miami e incluso a los Lakers, el jugador nacido en Houston ha terminado en unos Sixers que reciben también a Justin Patton a cambio de Robert Covington, Dario Saric, Jerryd Bayless y una segunda ronda del draft de 2022. Un negocio redondo para unos Sixers que añaden una pieza de muchos quilates para luchar de igual a igual con Celtics y Raptors por el trono del Este.
Sources: Philadelphia's Jerryd Bayless has also been traded to Minnesota as part of Jimmy Butler deal. Covington/Saric/Bayless/2022 2nd for Butler and Patton. https://t.co/qSvFzjG5BU— Shams Charania (@ShamsCharania) 10 de noviembre de 2018
Butler tensó la cuerda con los Timberwolves a sabiendas de que la próxima temporada será agente libre y que contará con múltiples ofertas de varias franquicias en la NBA. Por lo que ahora serán los Sixers los que tendrán que mover ficha para intentar convencer al jugador de que firme un contrato multianual con los Sixers, consolidando el proyecto de un equipo que con Butler en sus filas puede aspirar a casi todo. De hecho, su cotización en las apuestas en Las Vegas ha pasado del 30 a 1 al 16 a 1 tras el bombazo que ha supuesto el fichaje de Butler.
El escolta, que ha alternado su participación en la cancha con varios partidos en la grada que se interpretaron como signos de rebeldía, llega a los Sixers tras disputar 10 encuentros esta temporada con la franquicia de Minnesota, promediando 21,3 puntos, 5,2 rebotes y 4,3 asistencias. Pero, sobre todo, Butler lo que ha dejado desde el principio de la presente campaña es un canto desesperado por salir de una franquicia en la que no ha terminado de cuajar por mucho que el entrenador fuera Tom Thibodeau, el hombre que sacó la mejor versión de Butler en los Bulls.
El último ejemplo de este deseo por salir de los Wolves se vio apenas 24 horas antes de su traspaso, tras el partido entre los Timberwolves y los Kings. Butler disputó 41 minutos y no dudó en quejarse de estar tanto tiempo en la cancha. "Tenemos más jugadores en la plantilla", aseguró un jugador que tras poco más de una temporada, ya forma parte de la historia de Minnesota y que ahora lo hará en una franquicia con tanta tradición como los Sixers.
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