Según Marc Stein (NYT), el alero firmará por una temporada y el mínimo de veterano (2,4 millones) para juntarse con James Harden y Chris Paul.
Carmelo Anthony ha terminado de deshojar la margarita y su destino ya ha tomado forma: jugará la próxima temporada en los Houston Rockets. El alero, según Marc Stein (New York Times), firmará por un año y el mínimo de veterano (2,4 millones de dólares) con la franquicia texana, una vez que Atlanta Hawks haga efectivo el buyout y se convierta en agente libre con los 27,9 millones que le faltan por cobrar de su anterior contrato garantizado.
La operación, de todas formas, no se hará efectiva hasta que el acuerdo entre Oklahoma, Philadelphia y Atlanta sea oficial y para ello falta que los Sixers hagan un nuevo movimiento en el mercado. Kyle Korver es el objetivo que manejan. Tras el anuncio, Melo deberá esperar 48 horas, el tiempo estipulado para que cualquier franquicia reclame su contrato de casi 30 millones. Una opción que parece casi improbable.
La decisión de Carmelo no es ninguna sorpresa. Tras ejercer su player option con los Thunder, la franquicia se vio entre la espalda y la pared al encontrarse con una plantilla de once jugadores que sumaban 156 millones en salarios (el cap está fijado en 101,8) y con un impuesto de lujo que, como franquicia que repite en la infracción (por la pasada temporada tiene que pagar 25,4 millones), se disparaba a 130 millones. Un roster de 14 jugadores con contratos mínimos se pondría por encima de los 160 millones en salarios y los 155 en impuesto: una plantilla de 316 millones.
OKC llegó a la decisión de desprenderse del alero y buscó con la colaboración del agente del jugador una salida para él. Y la encontraron en ese traspaso que ha mandado a Anthony a unos Hawks en una profunda reconstrucción y con la capacidad de absorber los casi 30 millones del contrato de Carmelo.
Su integración en los Rockets no parece ser un inconveniente dentro del vestuario. Harden apadrina su llegada y Chris Paul es un gran amigo suyo. El problema reside en su capacidad de adaptación al sistema de D'Antoni, con quien coincidió en los Knicks, centrado en tiradores abiertos a la espera de las decisiones tanto de Paul como de Harden y en una defensa muy agresiva que ha perdido a dos piezas fundamentales como son Trevor Ariza y Luc Mbah a Moute. Además, podría tener incluso que aceptar un rol de sexto hombre. Una posibilidad que despertó su risa durante una rueda de prensa cuando aún era jugador de los Oklahoma City Thunder.
fuente as.com
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