La leche de avena es muy recomendable para todas las personas que no pueden consumir leche de vaca por intolerancia a la lactosa, colesterol alto o simplemente por una decisión ética o alimenticia.
La avena tiene muchos beneficios para el organismo y también para nuestra piel. Es una fuente de proteínas, vitaminas y minerales. También es rica en fibra, un carbohidrato que nos ayuda a prevenir el estreñimiento, reduce el colesterol al regular los niveles de glucosa, nos alivia del estrés e incluso evita ataques al corazón.
Cómo preparar la leche de avena
Ingredientes
1 taza de avena en hojuelas.
1 litro de agua.
1 pizca de sal.
Modo De Preparación
Mezcla el agua y la avena y déjalas en remojo por 2-8 horas. La avena se inflará.
Licuar por 2-4 minutos, hasta que los copos estén lo más finos posible y una consistencia “como leche”.
Colar la mezcla con un colador fino.
Añadir una pizca de sal y mezcla bien. Esto resaltará el sabor, mejorará la textura y ayudará en su conservación.
Consejo:
A veces la leche de avena casera nos puede quedar un poco densa y gelatinosa. Para solucionarlo, tan sólo añadiremos más agua para clarificarla. Se conserva en la nevera durante unos 5 días.
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