BARCELONA, España (AP) -- Luis Suárez marcó el gol decisivo para el Barcelona y Claudio Bravo salvó luego la victoria del equipo azulgrana por 2-1 sobre el Real Madrid el domingo, y que deja a los catalanes con vía libre para conquistar su 23er título de campeón de la liga española.
En un trepidante partido en feudo azulgrana, el Madrid logró nivelar transitoriamente el tanto del local Jeremy Mathieu a los 19 minutos mediante una diana a los 31 de Cristiano Ronaldo.
Pero los merengues fueron incapaces de volver a batir a Bravo en sus siguientes y numerosos arribos y finalmente cayeron víctimas de la octava diana liguera de Suárez (56).
"Es mi gol más importante con el Barsa", declaró el delantero uruguayo, mientras que Bravo se felicitó por "una semana completa", en que los azulgranas también avanzaron a los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Sin contar con una gran actuación del argentino Lionel Messi, el Barsa se bastó de las intervenciones del arquero chileno y Suárez para sumar una victoria que le sitúa con 68 puntos en lo alto de la tabla clasificatoria y deja al Madrid con 64, restando 10 fechas para la conclusión del campeonato.
Pese al ampliado colchón tras vencer en 18 de sus últimos 19 encuentros, el técnico Luis Enrique advirtió del peligro que entrañaría el exceso de confianza. "Estamos donde queremos estar, pero nos quedan 10 partidos importantísimos, y en todos podemos perder puntos, como ya se ha visto", insistió el timonel, quien destacó la regularidad de Bravo y la pegada de Suárez. "Su gol está al alcance de muy pocos. Por eso lo fichamos. Es un gran rematador y se complementa a las mil maravillas".
Coincidió en parte del análisis su homólogo madridista, Carlo Ancelotti, reacio a dar la liga por perdida. "Estamos tocados, pero no bajamos los brazos. Tenemos que seguir con esta idea. En la primera hora jugamos bien y remontamos con calidad. Los dos merecimos algo importante, pero nos faltó cabeza al final", analizó.
El Valencia, que el viernes goleó por 4-0 al Elche, clasifica tercero con 60 unidades, mientras que el vigente campeón Atlético de Madrid derrotó por 2-0 al Getafe el sábado y figura cuarto con 59.
En un clásico marcado por el ilimitado potencial de los respectivos tridentes atacantes, el juego se entregó a los arrebatos propios del fútbol en su versión más juvenil, silvestre y tácticamente irreverente.
La supuesta mano floja de Ancelotti permitió que brillara Karim Benzema en su rol de generoso y hábil repartidor de juego, y se desdoblaran sin remilgos los laterales Marcelo y Dani Carvajal, livianos, alegres y punzantes en sus constantes incorporaciones.
El Barsa reflejó fielmente el carácter desafiante e improvisador de Luis Enrique, tan tenso como atropellado, siempre voluntarioso a la hora de buscar el área visitante. Así, Andrés Iniesta apenas tardó un minuto en disparar al arco de Iker Casillas y Messi anunció su presencia poco después con su primera sotana, dejando en evidencia a Toni Kroos.
Cristiano, abucheado como siempre, se ofreció como nunca retando en velocidad a Dani Alves y acudiendo luego rematar la primera delicia de Benzema, pero estrelló su acrobática volea en el travesaño. Siguiendo el toque de corneta de su estrella, el Madrid se animó con un zapatazo de Isco Alarcón y un cabezazo de Sergio Ramos, ambos desviados.
Observador camuflado, Messi apareció de pronto para ejecutar un tiro libre que supuso el primer gol del Barsa en cabezazo pletórico de Mathieu desde el corazón del área, infiltrado entre Ramos y Carvajal.
Con el arma añadida de la pizarra, los azulgranas se dispusieron a encarrilar el choque, pero Neymar marró un remate franco ante Casillas tras disparo mordido de Suárez que hubiera supuesto el segundo, y el Madrid se levantó de la lona para impactar el mentón de su rival.
El golpe lo asestó Cristiano con el exterior del pie derecho y el argentino Javier Mascherano llegando a rebufo, espectador de lujo del tacón perfecto de Benzema al espacio previamente creado.
Con poca participación de Messi y menos acierto de Neymar, los azulgranas buscaron la orilla del descanso y la alcanzaron a duras penas, salvados por un gol anulado al Madrid por posición adelantada, una excelente mano de Bravo a cañonazo de Cristiano y la escasa puntería de Gareth Bale en su derechazo a quemarropa.
En la reanudación, el partido mantuvo el mismo tono y un Bravo firme ante nuevo latigazo de Benzema en combinación con Cristiano. La atajada posibilitó que el Barsa se pusiera otra vez en ventaja gracias al tesón de Suárez, incansable en sus desmarques, y la visión de Alves, quien soltó un pelotazo bien ganado por el uruguayo, instintivo definidor en el cruce sobre Casillas.
Con el público crecido y el Madrid resquemado, el choque se trabó en un mar de faltas, protestas y tarjetas del que emergió la versión más bulliciosa de Neymar, cegado ante el arco por el vértigo de su eléctrica escapada, incapaz de descargar sobre un desmarcado Messi en última instancia.
A falta de 20 minutos, el argentino constató el marcador y enfocó el tercero en una diagonal marca de la casa, pero su comba envenenada escapó el plano por poco y tampoco acertó a finalizar su siguiente infiltración Neymar.
Sin margen para el error en un final frenético con ocasiones para ambos, el Madrid se lanzó a por Bravo y encontró de nuevo a un arquero con mayúsculas, capaz de salvar en elástica estirada la última bala de Benzema, rebotada en la defensa y con sello de gol.
Concluido el clásico, Mascherano subrayó que "falta una eternidad para el final, sobre todo contando que viene también la Liga de Campeones". Y Ramos asintió: "Cuatro puntos no son nada", opinó el central madridista.
En anteriores cotejos de la jornada, Sevilla ganó por 2-0 a Villarreal, Deportivo La Coruña y Espanyol empataron 0-0 y Real Sociedad venció 3-1 a Córdoba.
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