El estreñimiento es un problema muy extendido. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) afecta a entre un 12 y un 20% de los adultos de nuestro país (más mujeres que hombres). Pero, pese a esto, la mayoría de personas creen poder solucionarlo sin acudir al médico, pensando que basta con cuidar la dieta, algo que a veces no es suficiente.
Como explica el doctor Aronold Wald en una revisión de estudios sobre el estreñimiento publicada recientemente en 'The Journal of the American Medical Association', sólo una minoría de las personas con este problema buscan ayuda médica, lo que provoca que haya un gran desconocimiento sobre el asunto, no sólo en torno a su solución, sino también respecto a sus consecuencias.
Para empezar es necesario definir qué es el estreñimiento. Lo primero que debemos tener en cuenta es que no se trata de una enfermedad, sino de un síntoma que puede manifestarse por muchas causas, y que debe empezar a preocuparnos si defecamos menos de tres veces por semana.
De un tiempo a esta parte, hemos sufrido un bombardeo publicitario con la idea de que hay que ir al baño a diario, razón por la cual debemos comprar todo tipo de alimentos ricos en fibra. Pero lo cierto es que mucha gente no defeca todos los días y es algo que no supone ningún problema.
Existe la idea bastante extendida de que las heces que se acumulan en nuestro intestino grueso y no somos capaces de expulsar nos acaban intoxicando. No hay nada de cierto en esta idea de la “autointoxicación intestinal”, que no es más que un invento sin base científica.
Consejos para acabar con el estreñimiento
Dicho esto, si no logras defecar un mínimo de tres veces a la semana, debes preocuparte por cambiar una serie de hábitos. Según la revisión del doctor Wald, en la gran mayoría de los casos, el estreñimiento puede tratarse con un puñado de remedios tan efectivos como simples.
1. El primer consejo es el que conoce todo el mundo: una dieta rica en fibra ayuda a que vayamos al baño con mayor regularidad. Si sufres estreñimiento debes comer con frecuencia legumbres, cereales integrales, verduras, frutas (son especialmente beneficiosas las deshidratadas) y los frutos secos. Se aconseja tomar diariamente entre 25 y 30 gramos de fibra de diferentes fuentes.
2. Se suele hablar mucho de la necesidad de comer fibra, pero no tanto de que algunos alimentos fomentan el estreñimiento. Es el caso del arroz blanco y otros carbohidratos refinados, los plátanos poco maduros, el té, el queso y el chocolate.
3. Bebe un vaso de agua antes de acostarte para que se ablanden las heces y otro nada más despertarte para estimular el intestino.
4. Haz ejercicio. Cuanto más intenso sea, mejor.
5. Nunca retrases tu visita al baño cuando tengas ganas de defecar.
6. Establece un horario fijo para ducharte o bañarte.
7. Toma café por las mañanas.
Estos sencillos consejos sirven a la mayor parte de la gente para evitar el estreñimiento, pero hay personas que, por múltiples razones, deben recurrir a los laxantes. En su estudio, el doctor Wald y sus colegas desmontan otro de los mitos asociados a este problema de salud: que tomar laxantes durante mucho tiempo puede deteriorar el funcionamiento del colon y causar dependencia.
Es cierto que el abuso de los laxantes durante muchos años puede dañar los nervios del colon y los músculos del aparato digestivo, pero es un problema que solo aparece si se múltiplica por doce la dosis recomendada: no hay nada de que preocuparse si nos limitamos a tomar lo que nos receta nuestro médico.
Ante la duda, al ambulatorio
Por lo general, el estreñimiento es un problema pasajero que se produce por llevar una dieta pobre en fibra, tener una vida sedentaria, beber poco agua, demorar la defecación, viajar mucho o sufrir estrés, pero en ocasiones, cuando el problema se cronifica, sus causas pueden ser menos evidentes (y los remedios no siempre son los mismos). De ahí la importancia de ir al médico si los consejos habituales no funcionan.
El estreñimiento puede estar causado por problemas neurológicos como el párkinson o la escleroris múltiple, desordenes metabólicos como el hipotiroidismo o la diabetes, enfermedades graves como el cáncer de colon o ser el efecto no buscado de ciertas medicaciones, como ciertos tipos de opioides, antidepresivos, anticonvulsivos o antihistamínicos.
Por lo general, el estreñimiento como síntoma se supera siguiendo los consejos anteriores, pero a veces el problema es más complejo. Cuando su origen es, por ejemplo, la flojera muscular o un problema nervioso, la fibra puede incluso empeorar el problema.
Jane Brody cuenta en 'The New York Times' la historia de una amiga que sufría estreñimiento crónico y no conseguía solucionarlo con ninguno de los remedios convencionales (incluidos los laxantes). Finalmente, sus médicos descubrieron que tenía un fallo en los músculos del suelo pélvico que cuando iba al baño en vez de relajarse se contraían.
Ahora realiza ejercicios de respiración diez veces al día y recibe un masaje abdominal por encima del colon dos veces al día, lo que le está permitiendo relajar los músculos y defecar con normalidad. Si no hubiera ido al médico nunca habría conocido el origen de su problema, que no se hubiera solucionado por mucha fibra que tomara.
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